Confit de conejo, con medallas de pan reelaborado
Los confit fueron unos de los primeros métodos de conservación de carnes utilizados por el hombre. Originariamente se conservaban carnes de pato cocinadas a temperatura muy baja durante muchas horas en su propia materia grasa y aromatizada con hierbas y especias. Una vez finalizada la cocción, las carnes se mantenían en la misma grasa que serviría de aislante. Por derivación, hoy en día se utiliza dicha técnica para la elaboración de platos de alta cocina a partir de otros ingredientes, como pescados o carnes de caza, hongos y hasta vegetales. En esta propuesta sencilla pero práctica, confitamos carne de conejo para darle una textura y sabor únicos (aunque bien podrían ser muslitos de pollo, por ejemplo). La guarnición consiste en reutilizar el pan seco de varios días, como en un budín de pan, pero salado. Originalidad y sutileza. Con valiosas propiedades nutricionales y una combinación mas que atractiva…
Ingredientes:
Conejo 1 entero o cuatro muslos
Aceite neutro c/n
Hierbas frescas c/n
Ajo 3 dientes
Sal entrefina tres cdas
Pimienta molida 2 cditas
Pimienta negra en grano
Pan seco 200 gr (unos 15 miñones sin corteza)
Leche 500 cc
Huevos 3 un
Yemas 3 un
Sal, pimienta, nuez moscada, perejil fresco, comino c/n
Vino tinto 100 cc
Azúcar 1 cdita
Salsa de soja 100 cc
Ají cayena (o criollo) c/n
Procedimiento:
Emplatado:
Sugiero también servir al centro de la mesa, un buen mix de hojas verdes para compartir entre los comensales.