Cocineros de viaje: San Francisco
Fisherman’s Wharf es uno de los paseos imperdibles de San Francisco porque ofrece actividades para todos los gustos: Conocer la historia de la industria pesquera de la bahía, visitar museos, comer en coquetos restaurantes, dar un paseo en barco, alquilar un bicicleta y bordear la costa hasta el emblemático puente “Golden Gate”, hacer compras, o sentarse a ver a la gente trabajando y a los leones marinos descansando en la costa.
Fisherman’s Wharf es conocido mundialmente por ofrecer una inacabable variedad de pescados y especialmente crustáceos, que pueden comprarse para llevar o degustarse en cualquiera de los numeroso restaurantes. Son famosas las sabrosas y enormes langostas, y el cangrejo es una marca registrada.
También se consiguen otras delicadezas como las que siguen:
Aceites de oliva y aceitunas especiadas.
Té verde endulzado con semillas de granada. Muy rico en antioxidantes.
Mermeladas naturales, sin aditivos, con sabores especiales como ésta, que nos recuerda al relleno del lemon pie.
Judy’s candy company vende caramelos artesanales de chocolate, vainilla, caramel (parecido al dulce de leche), con maní,castañas, macadamia…
¡Más golosinas artesanales para que la boca se nos haga agua!
La tradicional panadería Boudin Sourdough funciona desde 1849 y la familia Boudin creó el legendario “San Francisco sourdough French bread”, un pan al estilo francés que se hornea diariamente siguiendo la receta original desde hace más de 150 años.
Auténtico San Francisco Sourdough French Bread
Si no comiste la Clam Chowder (sopa de almejas), es como si no hubieras ido. Se sirve en un plato de pan, como para comerse todo, hasta el plato.
En la panadería funciona un museo durante el día y desde el restaurante se disfruta de una vista privilegiada de la bahía.
Entre los miles de souvenirs para comprar, estaba esta remera que puede provocar una sonrisa ….o no.
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